sábado, 20 de junio de 2020

2020 El año del General Manuel Belgrano



20 DE JUNIO Día de la Bandera

Hoy conmemoramos los 200 años de la muerte del General Don Manuel Belgrano, pero no solo eso, el 3 de junio se cumplieron 250 años de su nacimiento.
Por tal motivo el poder ejecutivo nacional a través del decreto 2/2020 publicado en el boletín oficial el 3 de enero, determino al 2020 como el “AÑO DEL GENERAL BELGRANO”, destacando su actuación pública en el proceso que condujo a la independencia de nuestro país en el marco de la lucha por la emancipación sudamericana.
¿Pero quién fue Belgrano?
Su nombre completo era Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y era hijo de María Josefa González Casero proveniente de una familia criolla afianzada en la Provincia de Santiago del Estero y Doménico Belgrano Peri un próspero comerciante de origen italiano.
Estudió en el Colegio Real de San Carlos (actual Colegio Nacional de Buenos Aires) y derecho en las universidades de Salamanca y Valladolid.
Durante su estadía en Europa alcanzó un prestigio que le permitió obtener de papa Pio VI una autorización para leer toda clase de literatura prohibida, alguna de la cual había sido considerada herética. De esa manera tuvo acceso a los libros de Montesquieu, Rousseau, Filangieri, Jovellanos y Rodríguez de Campomanes entre otros, que fueron forjando sus ideas futuras.
Belgrano se encontraba en territorio europeo en tiempos de la Revolución Francesa lo que despertó en él un interés profundo y lo alentó a desempeñar su futura vida política hacia las necesidades fundamentales del pueblo: soberanía política, económica y posesión de la tierra explotada a partir del trabajo.
Al regresar a su patria comenzó a tener un lugar destacado dentro de la vida pública local. En 1794, época del virreinato, fue nombrado secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires lugar desde donde fomentó la agricultura, la industria, el comercio e impulsó la educación.
También participó activamente de la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807.
En abril de 1810 renunció al consulado y comenzó a participar de lleno en la insurrección que se convirtió en la Revolución de Mayo del mismo año. Fue nombrado vocal de la Primera Junta de Gobierno y paralelamente desempeñó una activa participación militar siéndole encomendadas expediciones al Paraguay y la Banda Oriental, así como la segunda campaña al Alto Perú donde logró los destacados triunfos en las batallas de Tucumán y Salta y participó de las gestas más heroicas de nuestra lucha por la independencia, el éxodo jujeño.
Pero hay un hecho particular que todos recordamos y es la creación de nuestra bandera, izada por primera vez en Rosario el 27 de febrero de 1812 y adoptada oficialmente pocos días después del 9 de julio de 1816 por el Congreso de Tucumán.
Hasta aquí los datos formales, pero sería conveniente reflexionar sobre su legado, viendo a la historia como una herramienta para construir nuestro presente y proyectar nuestro futuro.   
Por eso no podemos dejar de ver al hombre que con su probada honradez y austeridad sacrificó sus propios intereses en pos de las necesidades de su patria, convirtiéndose en un trabajador desinteresado e infatigable al servicio del progreso de su país y la educación de sus habitantes. Convirtiéndose en un ejemplo a seguir por las generaciones que lo sucedieron.
Por último, destacar que la bandera que nos legó es parte de un sueño compartido, símbolo de un destino común que más allá de ideas y pensamientos disimiles se convirtió en un lugar donde todos nos reconocemos. En estos tiempos que nos toca enfrentar como país y comunidad educativa en particular, abracemos los colores celeste y blanco que nos permitan salir fortalecidos de este difícil momento histórico y nos convirtamos en dignos herederos de las enseñanzas de Don Manuel Belgrano.

Profesor: Walter Tortoriello.-

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